Fuertes críticas
recibió esta semana el Partido Comunista de Chile
tras el empate virtual que dieron como resultado las
elecciones presidenciales del domingo 12 de diciembre.
Según el Comando de Ricardo Lagos, si Gladys
Marín no hubiese llamado a votar por la izquierda,
los 250,000 votos que acaparó el PC hubiesen
pertenecido a Lagos, quien, en ese caso, hubiese
triunfado en las elecciones.
Con ira, miembros del Comando de
Lagos acusaron a la Marín y a los comunistas de
preferir el fascismo de derecha en el poder a votar por
un gobierno como la Concertación.
Calificándo a los comunistas de amargados que "se
quedaron en el pasado", los
socialistas-democratacristianos-radicales-pepedés
prometieron crear y mantener miles de fuentes de trabajo
en los ministerios si su candidato llega al
poder.
En tanto, el Comando de
Joaquín (Pillín) Lavín
declaró que 4 a 6% de los votos de Lagos tiene su
origen en el PC, cuya intención fue impedir la
llegada de Lavín al poder. En ese contexto, Pablo
Longueira, presa de un control inusual para él, le
explicó al electorado que "votar por Lagos es
igual a votar por Marín, por los comunistas, es
una vuelta al pasado y todo lo que eso significa".
De hecho, Hermososgenes Perro de
Arse, analista político experto en derecho y unos
de los autores del Libro Blanco, texto ejemplar del
gobierno militar, hizo un llamado a la población a
meditar y comprender que un triunfo de Lagos sería
"el segundo triunfo en los últimos 30 años
del Partido Comunista-soviético-chileno".
Según Perro de Arse, todo hubiese funcionado
idealmente si los 240 mil individuos que votaron por
Marín hubiesen desaparecido la semana previa al 12
de diciembre.